22 mayo 2006

Calamaro en su tinta

En cierta ocasión, Andrés Calamaro afirmó que su música estaba entre los Stones y Joaquín Sabina, a lo que éste último contestó diciendo que él estaba entre Calamaro y Los Rodríguez. Pues así, como Sabina, estuvo una servidora durante mucho, mucho tiempo, hasta la trágica publicación de "El Cantante", que de una sola escucha derribó mi mito musical. Pensé que tras el parón desde El Salmón había decidido editar un trabajo para congraciarse con la discográfica o salir al paso de los rumores que le hacían "enterrado" en vida. No entendía al genio Calamaro, al mítico compositor, haciendo versiones de canciones de su juventud al más triste estilo "Operación Triunfo".
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Admito que nunca he podido abandonarlo del todo, canciones como "Sin documentos", "Todavía una canción de amor" con letra de Sabina, "Todo lo demás", "Mi Enfermedad", "Clonazepán y circo", la genial "Paloma"... forman parte de la ecléctica banda sonora de mi vida. Calamaro es difícil de apreciar para muchos, exige escucharlo con detenimiento, descubrir todo su significado y quedar enganchado para siempre. No hay nadie capaz de hacer un disco como "Honestidad brutal" del que te gusta escuchar todas las canciones, teniendo en cuenta que en lugar de 10 ó 12 temas, ofrece 37.
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Después de cinco años de ausencia, de excesos químicos, de retiros ermitaños en los Pirineos, de haber olvidado hasta las letras de sus canciones (tenía que leerlas en sus conciertos), AC ha dejado sus peores venenos y está feliz, enamorado de su mujer y de la vida.
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Lo último de Calamaro, "Tinta Roja", es un álbum de tangos clásicos versionados con toques flamencos. No es un género nuevo para Andrés, que ya ha incluído tangos en sus trabajos anteriores, pero no por ello escapa a la polémica. Ha recibido críticas de los tangueros ortodoxos de su país, a las que responde sorprendido en su blog: "para polemizarle, o discutirlo, habrá que sentarse a escucharlo en la intimidad y con tranquilidad como merecen todas las obras ".
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http://www.calamaro.com/blog/